lunes, 10 de agosto de 2015

¿Machismo? (Por Alejandra Barona)

Foto tomada de laverdad.com.mx
¿Machismo?, ¿pero cuál ? (Sarcasmo)
Me gustó tu "perreta", sabía que en algún momento te leería haciendo catarsis sobre lo que encontrarías en tu camino como escritora. Recién comienzas y te deseo todos los éxitos que mereces, por la grandísima luchona que eres  y por las ganas que le pones a todo lo que haces. El camino es largo y lo vas a encontrar lleno de muchos obstáculos.
Vivimos en una sociedad altamente hipócrita donde esos "hombres machistas" muy a pesar de ser "obsoletos" continúan aferrándose a una postura tan egoísta como estúpida. Nada nos hace más libres que nuestra propia "verdad”. Tipos que prefieren presumir del brazo a una "dama”, pero tener en su cama una hembra bien puta. Hace  un   tiempecito, escuché a un famoso artista, expresarse de una señora como una gran "dama" y cuando el otro artista le dijo: "pero ella le pega los cuernos al marido, con otro artista", (su cara se transformó en una mueca de asco) Ahí se terminó la "supuesta admiración".
¡HARTAS!! estamos las mujeres de estos patrones que nos han impuesto a cojones. Las mujeres que pensamos diferente a la mayoría, tenemos muchas etiquetas colgadas; no creo seamos nosotras las que derrumbemos esos arcaicos muros, pero siempre un paso, será un escalón superado.
Yo personalmente odio el machismo y todo lo que huela a desigualdad; he tenido la oportunidad de seguirte en esta faceta, y también de paso observar y escuchar la opinión de algunos "amigos escritores". Con la mandíbula al pecho me he quedado, causa enojo, pero más que todo mucha repugnancia, que estos "machotes" arrastren las espuelas que alguna vez (porque así acontecerá un día) tendrán que cagar desgarrándose el culo. Dios! Cuánto me frustra el machismo y todo lo que representa; tampoco soy la feminista empedernida que alza una bandera y cree en la posibilidad de un mundo sin hombres, (nunca un consolador, por eficaz que sea, podrá sustituir una buena pinga).
Los hombres son divinos cuando el cerebro es más duro que la verga. En fin hermana! Luz!!! Mucha luz pa' este camino que inicias. Sé que lo lograrás y que alguna vez podremos hablar de literatura erótica sin falsos remilgos.
Me encantó tu escrito. ¡Creo haber entendido puedo escribir cuanta palabrota me llegue! De no ser así, ¡pos' ni modo mi reina! ¡2 late!!!

Ps: "etaquetaki"  escribe desde el teléfono, así pues, ahí te dejo la tarea de perdonar al corrector.

martes, 4 de agosto de 2015

Desclosete en Exorcismo Final

Exorcismo Final, mi primer libro de cuentos eróticos, me ha abierto un camino lleno de sorpresas y descubrimientos diarios. Incursionar en la literatura erótica como escritora me ha traído más inquietudes, conflictos, cuestionamientos e ideas, (más allá de la pasividad de lectora de literatura erótica que regularmente fui) que alegrías y éxitos. Y no es porque Exorcismo Final no me haya traído alegrías y éxitos, que gracias al Universo si los ha traído, es porque no sabía que este camino, apasionante pero cuesta arriba, me arrojaría de una patada a un mundo lleno de prejuicios, mojigatería y censura. Y explico, cuando me refiero a prejuicios, mojigatería y censura no solo hablo de la social, esa que sufrimos diariamente en nuestras sociedades “a lo macho” donde a pesar que tenemos mujeres astronautas, presidentes de gobierno y empresarias exitosas que fácilmente además, son madres y esposas, seguimos sufriendo hombres que insisten en supremacías machistas en todos los ámbitos: domésticos, políticos, económicos, sociales, religiosos...
Sigo explicando, soy feminista, pero no me considero una feminista militante ni extrema, de esas que anhelan un mundo de mujeres. De hecho no me gustan las supremacías de algún tipo. Si insisten en una etiqueta, me considero una feminista progresista porque tengo conciencia que habito un Universo mayormente de opuestos-complementarios donde todos funcionamos, aunque no lo creamos, en un ensamblaje perfecto como un inmenso puzle, y a buen entendedor, con pocas definiciones bastan. Abogo, y ya sé que puedo ser excesivamente soñadora, por una sociedad donde el hombre y la mujer cohabiten en armonía, cada uno en el mismo sitio, a la misma altura sin diferencias más allá que las fisiológicas. Y cuando hablo de hombre y mujer, hablo del género humano, así de simple.
Digo todo esto, un poco para explicar que al publicar Exorcismo Final pensé que chocaría con el muro habitual de prejuicios, mojigatería y censura moral-social que nos rodea en estas sociedades nuestras que hemos construido a nuestra imagen y semejanza. Y para chocar con este muro estaba preparada, porque en mis años de vida y con mi manera de ser, he sido una mujer que constantemente ha chocado con muros de este tipo. Pero para lo que no estaba preparada era para chocar con la misoginia o machismo literario.
Debo admitir, que a pesar de mi inteligencia, conocimiento o sabiduría mayor o menor que pueda presumir, o poseer realmente, la ingenuidad con respecto a la misoginia o machismo literario me muerde en todo momento desde que en octubre del 2014 publicara la primera edición de Exorcismo Final, porque nunca, (y quiero subrayar y enfatizar el NUNCA), pensé encontrarme una pared (tan alta y dura) de misoginia o machismo literario entre los escritores (hombres) que conozco y desconozco. Pensé que la corriente de escritoras eróticas que saltó a finales del siglo pasado (siglo XX), y la otra que prevalece un poco más hacia acá (que no es de mi gusto porque no me gusta la literatura erótica-romántica conocida como “porno para mamás”) con Las sombras del Grey y todas las representantes de este subgénero, habían traído cierta apertura y encantamiento, o hechizamiento, por lo erótico femenino en la letras, pero siento decirles que no es así.
Descubrí que solo este llamado “porno para mamás” bien comercializado y promocionado por grandes editoriales hacedoras de billetes, es el “permitido” y aceptado abiertamente como literatura erótica para los escritores (hombres), porque lo ven como un subgénero bien inferior escrito por mujercitas para mujercitas-mamás-aburridas-en-sus-matrimonios-y-vidas que les sirve de estímulo a su “mediocre” vida de mujeres-con-poco-sexo. O sea, ellos lo ven como el rosadito consolador que toda mujer debe tener en su gaveta de la mesita de noche, y como lo ven como el “consolador”, pues lo aceptan. Los consoladores nunca podrán competir con los penes, reales y duros, y ellos los escritores (hombres) son los penes, reales y duros, de esta historia. Eso se creen.
Es impresionante como la misoginia o machismo literario es práctica habitual entre los escritores (hombres), e incluso, es mucho más impresionante para mí, como escritores amigos y conocidos pueden ser brutalmente excluyentes y sectarios, unos muy sutiles y otros más burdos, con la obra erótica de sus colegas mujeres. Y en el colmo del frenesí impositivo del macho, o sea, en el colmo de presumir ser un pene real y duro, muchos de estos escritores (machos) ven a la escritora erótica como un atractivo objeto cerebro-sexual para satisfacer su curiosidad cerebro-sexual de supremos machitos instruidos, “leídos y escribidos”. Si contara con nombre y apellidos las proposiciones más escandalosas-obscenas-sucias que he escuchado de personajes célebres cuando se enteran que escribo literatura erótica o leen alguno de mis cuentos, muchos se escandalizarían y hasta me llamarían mentirosa o difamadora, porque queridos todos, este camino me ha demostrado que generalmente mientras más “culto” y “cultivado” es el macho escritor, más bajo puede ser en su desprecio intelectual hacia la mujer que escribe literatura erótica.
Por suerte, y hago la acotación antes que continúe vomitando mi furia, no todos entran en el saco ni les cuelga la etiqueta, y existen, porque siempre digo que existen, escritores (hombres) que le dan espacio, mérito y leen la obra erótica de sus colegas. La leen desde el corazón, y critican y sugieren sin ánimos de ofender o minimizar el trabajo nuestro, señalan errores, cuestionan y sobre todo, comparten y abren espacio sin temor a ser desplazados, ni eliminados. Porque a veces pienso que muchos de estos escritores machistas lo que tienen es miedo a ser desplazados u opacados. Pero por suerte, repito, existen los otros, que aunque menos, a ellos me aferro como una de las tantas tablas de salvación para seguir caminando con Exorcismo Final, no solo con mis cuentos, sino con mis cuestionamientos, porque a los 10 meses de publicado el libro, ya llego a los sitios más a cuestionar y plantear, que a leer.
Sabemos que la literatura erótica desde sus inicios es y ha sido complicada, y digo complicada porque no me gusta llamarla conflictiva. Y cualquiera que conozca un poco la historia de este género, entenderá lo que hablo. Tiempos más oscuros o más iluminados, censuras duras o suaves de religiones, gobiernos, lideres… abundaban y abundan, y no me refiero a países del Tercer Mundo (para aquellos que buscan ubicar las “cosas” en escalas), sino a muchos países democráticos y “civilizados” donde no se permitieron obras específicas de la literatura erótica hasta mucho después de los años 50 del siglo pasado (siglo XX). Todavía hay autores como Apollinaire, Henry Miller, Anais Nin, Pauline Reage o John Cleland que son mal vistos por editores y editoriales, que prefieren publicar una sombras de millonarios a lo “Brat Pi” donde la Bella Durmiente despierta su sexualidad a base de pink lashes y pantis de seda tapándoles los ojos, a una obra magnifica como Historia de O. Pero bueno, por ahí no van los palos, los míos.
Mis palos van hacia la perreta de escritora que todos los días arremete, cabezona al fin, contra ese muro de misoginia o machismo literario que han fabricado muchos escritores (hombres) y sustentado algunas editoriales, y que nos hace batallar, a las escritoras eróticas, doble-triple... porque lo tenemos que sumar a los otros muros de prejuicios morales-sociales de estas sociedades machistas-mojigatas-reprimidas que habitamos.  
Por todo esto, se me ocurrió este espacio, Desclosete, donde me propongo invitar a amigos, (hombres y mujeres) a que escriban sus “perretas”, divagaciones, cuestionamientos, ideas, pensamientos… que ayuden a derrumbar los muros nuestros de cada día que nos rodean y reprimen. Desclosete pretende ayudar a derrumbar muros.
Y entre los tantos muros que quiero derrumbar, (ya dije que puedo ser excesivamente soñadora) está el muro “de sexo no se habla”. Quiero hablar de sexo y que todos hablen de sexo, pero no la bobería mojigata de risita sonrojada de ¡ay sexo! No, hablemos de sexo como seres sexuales que somos, como la única especie (humana) que se mantiene en celo sexual continuo, que menstrua mensualmente, que tiene ciclos de actividades hormonales que provocan cambios fisiológicos en todo nuestro sistema reproductivo e inciden en nuestro carácter, y que además, es de las pocas entre los animales que copula cara a cara en la siempre tan salvadora posición del misionero, trayendo por tanto, fuertes y relevantes implicaciones emocionales para nosotros. Así que queridos todos, si somos tan “especiales” sexualmente, ¿por qué no hablamos de sexo?
Y el otro muro que quiero derrumbar, por lo menos intentarlo en este espacio, es el machismo de todo tipo: social, político, económico, literario, artístico... que los machos entiendan que ellos tienen penes reales y duros, pero nosotras tenemos clítoris firmes y sensibles que abren caminos conjuntos de sensaciones insospechados; vaginas fuertes y flexibles que acarician sus penes duros y reales, y sobre todo, úteros inmensos donde ellos alguna vez habitaron desde su creación como cigoto. Así que derrumbemos el machismo, porque somos opuestos-complementarios donde todos funcionamos en un ensamblaje perfecto como un inmenso puzle.
Por esto, permitan que de la misma manera que Exorcismo Final fue el exorcismo que comencé hace tres años donde inicié un viaje a lo esencial, sacando lo superfluo e innecesario de mi camino, y mostrándome como soy: una mujer orgullosa de su vida, su carácter, su sexualidad, una mujer (y cito a la gran Pínkola Estés) que corre con los lobos, hoy Exorcismo Final nos saque del closet con todos los temas que nos reprimen y censuran. Así que en este nuevo blog hagamos el Exorcismo Final y empecemos a hablar de los temas que sí se hablan, pero que no nos atrevemos a hablar públicamente y en voz alta. Escriban y derrumben muros. Por lo menos, intentémoslo.
Les ofrezco Desclosete y ojalá mañana sea una revista digital donde todos publiquen lo que piensen que nos ayude a derrumbar muros.

Pueden enviarme sus escritos a caawincmiami@gmail.com para empezar a caminar. ¿Se animan?